Adiós Caja, hola Bankia.
En unos días, la mayor parte de los profesionales que prestamos servicio en las siete Cajas que nos hemos unido, dejaremos atrás ese pasado, para comenzar una nueva era: Bankia.
Han sido muchos años de historia a los que vamos a poner punto final. Historias profesionales, historias personales, incluso historias familiares, pues nuestro entorno de trabajo ha dado de sí lo suficiente como para que no sea un mero “ir a la oficina”. Se han forjado amistades, parejas, relaciones muy intensas que no desaparecerán, pero cuyo origen quedará un poco más diluido.
La Caja ha crecido, nos ha dado a todos alegrías y tristezas, buenos y malos momentos y ahora, en el plazo de unos días, ese capítulo de nuestras vidas va a cerrarse, aunque desde ese mismo instante, todos nos pondremos a escribir uno nuevo.
Como todo nuevo proyecto, lo comenzamos con ilusión, con fuerzas renovadas, dispuestos (como lo hemos estado siempre) a dar lo mejor de nosotros mismos. No sólo por una nómina, sino por cosas que no se pueden explicar con facilidad. Por nuestros clientes, por nuestra autoestima, por nuestra profesionalidad, por nuestra empresa, tenga el nombre que tenga.
Mucho se ha manido aquella famosa frase del Presidente de Caja Madrid, D. Felipe Ruiz de Velasco, quien dijo, allá por principios de los ochenta, que los trabajadores somos el mejor activo de la Caja. Pero esa frase, que se ha utilizado en multitud de ocasiones de forma maniquea, muestra en estos momentos de transición toda la realidad de lo que somos. Somos la base sobre la que se asienta este negocio, la base primordial e ineludible, la base que atesora el avance y los éxitos, la base que ha forjado la historia de todo un sector.
Nuestras Cajas, todas ellas, Caja Madrid, Bancaja, Caja de Canarias, Caja Ávila, Caixa Laietana, Caja Segovia y Caja Rioja, quedarán reducidas a partir de ahora a entidades diminutas, que contendrán todavía algunas tareas que no se pueden traspasar a Bankia. Pero, para la inmensa mayoría de nosotros, serán también el recuerdo, cada vez más nebuloso, de lo que un día fueron nuestras casas.
Confiamos, desde ACCAM/ACPCA, que el futuro conjunto sea tan brillante como lo han sido los siete pasados individuales. Nos vamos a dejar la piel en ello, como personas, como profesionales, como sindicato. Vamos a verter todas nuestras energías para resolver todas las ecuaciones de la integración y vamos a plantear soluciones imaginativas y eficaces para los retos que nos demande el futuro.
Adiós Caja, hola Bankia.
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